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Un día, impulsado por la revuelta, comenté en un blog dirigido por un tipo de extrema derecha. Era joven (y ambicioso, como 113), súper entusiasta… y extremadamente ingenuo.

La prueba: ¡pensé que iba a hablar! (Spoiler: no) (sin embargo, recibí un torrente de insultos).

¿Habría tenido más posibilidades de hacerle pensar si me hubiera comunicado oralmente y no por escrito?

¿Qué canal favorecer para convencer?

Investigaciones recientes sugieren una posible respuesta: la palabra escrita podría no ser el canal de comunicación preferido para "convencer" . ¡Nuestras voces serían más persuasivas!

La investigadora Juliana Schroeder ha realizado varios experimentos sobre el tema.

Lo hace exponiendo a las personas dispuestas a ideas con las que están de acuerdo o en desacuerdo , y observa sus reacciones.

En uno de estos experimentos, el científico ofreció a casi 300 personas ver (a través de videos), escuchar (a través de grabaciones de audio) o leer (a través de texto escrito) argumentos sobre la guerra. , aborto o música.

Al final del experimento, Juliana Schroeder pide a los voluntarios que juzguen a las personas que comunicaron el argumento (que hablaron durante la grabación de video o audio y que firmaron el texto).

Los resultados, publicados en la revista Psychological Science, ¡son esclarecedores!

Cuando el desacuerdo deshumaniza

Cuando los voluntarios se ven expuestos a una opinión que no comparten, tienden a “deshumanizar” al interlocutor.

Este último es percibido como alguien que tiene poca capacidad para pensar o sentir (lo que, por supuesto, no es el caso cuando el interlocutor comparte un argumento con el que los voluntarios están de acuerdo).

Sin embargo, ¡ el canal de comunicación parece tener impacto y retrasar la percepción que uno tiene del otro!

En video, o en audio, los participantes parecen tener menos desdén hacia su interlocutor.

Política de debate, en voz alta o por escrito

Para continuar su investigación, Juliana Schroeder puso en marcha un segundo experimento. Esta vez, ocho personas debaten su apoyo a uno de los dos candidatos en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2021.

El científico solicita alrededor de 600 personas y les ofrece evaluar a los participantes en el debate, escuchando (por video o audio) o leyendo (transcripción escrita del debate) sus opiniones.

Los análisis de la investigadora coinciden con sus hipótesis anteriores.

Nuevamente, los participantes parecen devaluar a las personas que no están de acuerdo con sus opiniones y, nuevamente, esta devaluación es menor cuando las opiniones se han visto o escuchado (en lugar de leído).

La voz, más fuerte que escribir para transmitir opiniones

Juliana Schroeder explica que todos estos resultados sugieren dos cosas:

  • Que tendemos a denigrar y devaluar las mentes de nuestros oponentes (quizás para reafirmar nuestras propias creencias o para distanciar a nuestros interlocutores)
  • Que nuestras voces (presentes en videos y grabaciones de audio) calificarían esta tendencia.

Nuestras voces, con sus altos, bajos y entonaciones, podrían transmitir nuestra "humanidad", ayudarnos a parecer más razonables, recordar a nuestro interlocutor que estamos dotados de capacidad de reflexión.

Por lo tanto, los argumentos que uno da en voz alta podrían ser más persuasivos que los demás.

Esta hipótesis puede orientar nuestro comportamiento (la forma en que queremos abordar a los demás, de acuerdo con nuestros objetivos) y abre la puerta a preguntas de investigación adicionales.

¿Puede nuestra voz (mejor) convencer en todas las circunstancias? ¿Nuestro poder de persuasión depende del abismo que nos separa de nuestro interlocutor?

¡Con suerte, otras experiencias responden a estas nuevas preguntas!

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