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Clémence quiere aprovechar este verano para desarrollar 62 pensamientos introspectivos, con el objetivo de convertirse en su mejor aliado… y por tanto en una mejor versión de sí misma. Nos vemos todos los días en el # 62days para mejorar: un ejercicio de desarrollo personal en la práctica.

Anteriormente en los días # 62: La mirada de los demás no es una corte

¿Cómo pudiste olvidar eso ? El calor del sol en tus párpados cerrados, la caricia de los rayos en tu piel engrasada por protector solar, salada por el sudor.

¿Cómo olvidar la sonrisa que se extiende en sus labios cuando termina un ascenso, y el panorama frente a usted revela un océano de pastos de montaña? Este verde aterciopelado, que cubre la aspereza de los gigantes dormidos. Y este azul, en el que te ahogas en cuanto levantas la mirada, tanto hay cielo a tu alrededor.

¿Cómo pudiste haber olvidado la embriaguez de la altitud , la adicción al esfuerzo, la bendición de un momento de relajación al final de un duro día? La sensación de que todo tu cuerpo se está despertando, un movimiento tras otro. Mecánica dolorosa, que pide ser mejor engrasada. Día tras día, su poder se expresa , un pequeño paso a la vez.

¿Cómo pudiste haber olvidado la ola de humildad que te abruma cada vez que alzas la mirada hacia estos picos centenarios, sus crestas afiladas, sus crestas cinceladas, sus montañas nevadas?

Lo recuerdas porque está fresco. Pero ya has olvidado la riqueza de los corales, el sabor de la sal en tus labios agrietados por sucesivas inmersiones.

"No Bad Days in Paradise" ... Bueno, mi propio #nobaddaystour casi ha terminado, pero ha sido una maravilla desde el primer día. Gracias a todas las personas maravillosas que conocí en el camino, @magnusdlarsen @penciiit @ticka_pizzela y el #dreamteam en @biradivecamp ??? ¡Un agradecimiento especial a @wendymitchell por esta toma! ? #ibaliveicandive # summer2016 #holidays #friends #happiness #paradise

Una publicación compartida por Clémence Bodoc (@clem_bodoc) el 28 de agosto de 2021 a las 5:24 am PDT

Olvidaste los colores del pez loro y la fauna que prolifera bajo los rayos del sol. El calor de los primeros metros, las corrientes frías que te sorprenden cuando te hundes en el azul.

Olvidaste el ojo sospechoso pero curioso de los tiburones de arrecife, la alegría del pulpo y la temeridad del pez payaso.

¿Por qué olvidaste todo esto?

Te lo diré. Es porque confías tus recuerdos a la tarjeta de memoria de tu teléfono, en lugar de acercarlos a ti. Los archiva en una subcarpeta de su memoria, cuando debería cubrirse la frente con ellos.

Que cada vez que cierras los ojos, es este verde terciopelo claro y este azul de los mares de Indonesia (o el cielo de los Alpes) lo que te viene a la mente.

No tienes que dar la vuelta al mundo para encontrar la felicidad.

Ya lo tienes frente a tus ojos, pero es como la caricia de los rayos del sol: te olvidas. Olvidas el olor a café que invade tu cocina, olvidas los colores del amanecer sobre París, el olor a lluvia que golpea el cemento en grandes gotas en una tarde de verano.

Olvidas el sabor de una cerveza fría, el tintineo de vasos, las miradas y las sonrisas que encuentras, pero no los vasos, que brindas mientras ríes.

La felicidad que buscas ya está frente a ti

Olvidas todos los pequeños placeres que marcan tu día a día, baldosas insignificantes de un mosaico que te toca a ti componer. Pero ahí estás, recuerdas el hedor de las estaciones de metro, el áspero sabor de la contaminación que dicta tus tiempos de funcionamiento.

Conservas el precio de la cerveza en la terraza, la duración del viaje para llegar a tus amigos.

Te acuerdas del ruido y las molestias de París, todo eso te trae cada día micro-frustraciones, que son tantas pequeñas grietas en tu mosaico.

Te dices a ti mismo que bastaría con cambiar de aire, con cambiar tu vida para ser realmente feliz.

Nota: no olvide abrir los ojos

Te gustaría cambiar el dibujo que hacen tus cuadraditos de la felicidad, pero tengo una primicia para ti: eso no cambiará nada. De todos modos, no miras este dibujo.

Olvidarás las playas de Asia y los valles de Saboya como olvidaste Montmartre y la Butte aux Cailles , todos esos lugares de París que te hicieron sonreír o derramar una lágrima, según tu estado de ánimo cuando paseaste por ellos.

Memo para no olvidar nunca los placeres del día a día: no los olvides. Es así de simple. Toda la energía que inviertes todos los días para recopilar tus mierdas y tus mosaicos, ahora puedes encaminarla en esta nueva empresa: notar, apreciar y catalogar todos los placeres de la vida cotidiana.

Verás que tu mosaico no sufrirá unos rayones que rajen su esmalte, en algunos lugares.

Esta sonrisa ❤️ Ha pasado un tiempo desde que vi eso en mi cara. Necesito encontrar más oportunidades para sonreír así todos los días. No necesito estar tan alto para encontrar la paz y la felicidad: puedo levantar la cabeza por encima de las nubes cada vez que decido mirar hacia arriba y disfrutar de la vista ... mademoisellarmy #felicidad #weareucpa

Una publicación compartida por Clémence Bodoc (@clem_bodoc) el 20 de agosto de 2021 a las 5:22 am PDT

Lea a continuación en los días n. ° 62: Dedicarme tiempo a mí mismo no se lo quita a los demás

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